Te comunicas con tus semejantes, puedes convivir trabajar; caminar, reír, llorar, comer, en fin, vives y actúas, pero todo lo haces de modo superficial.

Éste es el estado con el que la mayoría de los seres humanos vive: crees que estas consciente todo el tiempo, pero desvías tu atención de todo lo que haces, te distraes, haces muchas cosas a la vez y, como es natural olvidas pronto, grabas sólo algunas cosas en tu memoria.

Cuestionario para el segundo estado
Contéstate “sí” o “no”.
l. ¿Has notado que todo lo que haces y piensas se te olvida con rapidez, no recuerdas lo que estabas diciendo y no sabes dónde dejas las llaves?

2. ¿Haces y piensas las cosas de manera superficial sin poner realmente atención? Por ejemplo cuando estás en una clase y termina ¿ni siquiera te acuerdas de qué se trató?

3. ¿Te dejas llevar demasiado por los sentimientos y rara vez te pones a razonar si esa emoción puede ser beneficiosa para ti o te traerá consecuencias negativas?

4. ¿Vives siempre pensando en cambiar de actividad ya sea porque te aburres o porque tienes prisa? ¿Quieres hacer muchas cosas a la vez?

5. ¿Te distraes con mucha facilidad pues cualquier cosa desvía tu atención de lo que estás haciendo, sintiendo o pensando?

6. ¿Quieres siempre darle gusto a tus sentidos corporales para complacerte a pesar de saber que te hace daño?

7. ¿Culpas de tus errores a los demás, dado que te crees perfecto y no soportas la idea de fallar o huyes de la responsabilidad de tus actos?

8. ¿Caes en depresión con facilidad porque te sientes incapaz de afrontar tu realidad, te refugias en la negación y te hundes en la tristeza?

Conclusión del segundo estado
Si contestaste “sí” a cinco de estas ocho preguntas, esto quiere decir que tu vida, tal como la vives actualmente, está manejada por las emociones y los sentidos. Te falta lograr un equilibrio y no tienes todavía la capacidad de realizar tus anhelos y lograr tus metas. Por lo general te sientes víctima, incomprendido y frustrado.

La mayoría de los artistas y las personas muy sensibles se deja atrapar por las emociones y siente que la vida no es justa. El peor error es fomentar este pensamiento, pues se le quita fuerza a la voluntad. Todavía tienes mucho que aprender, crees que eres consciente, pero la verdad es que no aplicas tu atención y vives ausente.