Todos los seres humanos somos como Pinocho. Todos podemos escuchar esa vocecita interior que intenta mantenernos despiertos y atentos ante todo lo que nos sucede en la vida, y digo “nos sucede”, porque la mayoría de las veces no estamos conscientes. Actuamos como robots, manejados sólo por los hábitos, ignorando que tenemos el poder suficiente dentro de nosotros mismos para crearnos experiencias agradables, saludables y felices. Si usáramos la voluntad para generar pensamientos, sentimientos y actitudes positivos, entonces seríamos los verdaderos creadores de nuestras experiencias.

El grillito del cuento busca que Pinocho se dé cuenta de todo lo que hace, lo obliga a que se recuerde a sí mismo, que se observe, que se sienta, que esté despierto, que esté consciente para evitarse problemas y sufrimientos, pues si se deja llevar por los impulsos de sus instintos como un animalito y se sumerge en los sueños que provoca la inconciencia, tendrá que pagar precios muy altos de sufrimiento y dolor con decepciones y descalabros.

Nosotros también debemos trabajar en la atención y en la observación de nosotros mismos, para poder darle el rumbo correcto a nuestra intención de vida y lograr así realizar nuestras metas con armonía y paz.

¡Nunca es tarde para empezar; comienza hoy!