Cualidades que se necesitan para el desarrollo de la consciencia (Parte 2)



4. La decisión
Es saber que el escoger y decidir las diferentes opciones que tengo en la vida son mi privilegio.

No debo perder mi tiempo de vida dudando; debo ser valiente y arriesgarme decidiendo, para poder adentrarme en el misterioso porvenir.

Sin decisión soy como un barco a la deriva que navega sin timón, a merced de los caprichos del mar.

La capacidad de decidir es aplicar la razón, cualidad que nos diferencia de los animales.

Tomar decisiones es ser responsable, es medir las consecuencias de nuestros propios actos; así, seremos los líderes de nuestras vidas.

La tibieza y la indecisión nos convierten en seres mediocres. Las personas miedosas dudan de todo y muchas veces delegan a otros la responsabilidad de escoger las opciones que les competen, con tal de no asumir compromisos.

Los indecisos son los candidatos perfectos par a ser víctimas de los manipuladores. Hay que entender que el mundo está lleno de manipulación en todos los niveles, pues los egos sólo buscan a los indecisos para poder satisfacer sus necesidades o sus caprichos.

La decisión trae consigo una poderosa energía que da seguridad.

5. La observación
Debo aprender a observarme y observar todo lo que existe a mí alrededor en este mundo. Es la única forma de llegar a conocerme y conocer lo que me da la vida.

Los grandes sabios de la historia aprendieron del Universo observando, dejándonos un legado de conocimiento muy valioso.

Para poder corregirme o felicitarme por mis acciones, debo volverme el testigo silencioso de lo que pienso, siento y actúo.

En la actualidad se vive en un mundo lleno de prisa y deslumbrados por la superficialidad. No debemos sucumbir y caer en esta actitud distraída y confundida.

¿Cómo podemos pretender cambiar, si en realidad no nos conocemos?

Debemos aprender a observarnos en lo físico, lo emocional y lo mental para poder saber cómo actuamos, y así, corregir nuestros hábitos negativos.

Debemos observar el funcionamiento perfecto de la naturaleza; en ella tenemos el mejor instructor.

La observación mantiene despierta nuestra atención, estamos al día de cuanto ocurre y siempre descubrimos algo nuevo en nosotros, en los demás y en nuestro entorno.

6. La aceptación.
Me acepto con mi lado de luz y mi lado de sombra. Acepto mi realidad para poder cambiar lo que es negativo en mí o acrecentar mis virtudes. Acepto las lecciones que me da la vida, placenteras o dolorosas, porque sé que es la única forma de aprender y evolucionar.

Acepto que en mí existe un lado femenino intuitivo y un lado masculino práctico. Al comprenderlo alcanzo el equilibrio; entendiendo mi dualidad; llego a la verdadera sabiduría que me permite vivir armónicamente.

Para poder vivir en armonía, debemos aceptarnos y aceptar nuestra realidad y, a partir de ese punto, comenzar a trabajar en nosotros para evolucionar.

Aceptar es no suponer; es no disfrazar la verdad.

La aceptación te permite ver con claridad y sin excusas.

Todo lo que hay en cada uno de nosotros nos convierte en seres únicos, así es que nuestras cualidades y capacidades son útiles para la evolución del género humano.

Para poder corregir nuestras debilidades, primero debemos aceptarlas sin excusas, enfrentarlas para saber cuál es el trabajo mental consciente que hemos de realizar para cambiarlas.

La aceptación es una actitud humilde ante la equivocación, pero también puede ser un reconocimiento ante las virtudes que poseemos; ésta es la forma de adquirir seguridad en nosotros mismos.

7. La atención.
Si presto atención, vivo el día de hoy. Sin atención sólo actúo por costumbre, no puedo evolucionar ni realizar mis anhelos. Muchos de los errores que cometo se deben a que estaba ausente mi atención.

La atención radica en el presente. Si nuestra atención estuviese despierta, en cada momento de nuestra vida seríamos seres conscientes y todopoderosos. Al limpiar nuestra mente de pensamientos basura que nos distraen, logramos que la atención se centre y producimos resultados prodigiosos.

Entonces todo se vuelve posible, pues la atención busca las salidas correctas que nos llevan a lograr los éxitos.

La mayoría de los errores que cometemos ocurren por no estar atentos. Las cárceles están llenas de personas que actuaron sin poner atención, que
faltaron a los valores y principios éticos y morales, sin medir las consecuencias de sus actos.

Cuando actuamos por hábito nos conducimos como robots, en forma mecánica o de memoria. No debemos olvidemos que la Conciencia reside en la atención:

8. La disciplina
En el Universo hay un orden, en mi vida debe existir también un orden. Es la cualidad de la disciplina la que me permite cumplir con mis deberes, la que me impulsa a esforzarme, para lograr que triunfe mi decisión sobre las metas que me impongo.

Nuestra mente obedece a medida que le damos una estructura y la disciplinamos. Lo mismo sucede con nuestro cuerpo y nuestros sentimientos. La disciplina es respetuosa, enseña a cumplir y obedecer las leyes que ordenan a la sociedad, para no caer en el caos que traen el desorden y la falta de autoridad.

La vida se torna más fácil y nos armoniza cuando se nos enseña cuán importante es ser respetuosos y disciplinados.

Los pensamientos son por naturaleza indisciplinados, pues no les hemos enseñado a obedecer; van a donde quieren. Una forma práctica de que ensayen la disciplina es por medio de la meditación, pues así se acallan los pensamientos.